Manifestadas por sensación de ardor al orinar, sangrado en la orina, orinar frecuentemente en pequeñas cantidades y mal olor de la orina. Puede ocurrir en forma esporádica o ser recurrente y repetitiva. Puede aparecer en cualquier momento de la vida de una mujer y son más frecuentes en mujeres postmenopáusicas  por la pérdida hormonal. Generalmente ha un vaciamiento vesical  incompleto por presencia de prolapso de órganos pélvicos o bien por obstrucción de la uretra.

Son producidas por ascenso hacia la uretra de microorganismos de origen intestinal (escherichia coli). Las mujeres tienden a contraerlas con más frecuencia debido a que su uretra es más corta y está más cerca del ano que en los hombres. Debido a esto, las mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollar una infección después de la actividad sexual o al usar un diafragma para el control de la natalidad.

El estudio debe de incluir la realización de examen general de orina y urocultivo, así como ultrasonido renal bilateral y vesical, para evaluar la cantidad de orina que queda como residuo después de orinar. Lo  anterior debe de ir acompañado de un examen físico detallado para evaluar el estado y situación de la vejiga, recto y uretra.

 

El tratamiento para las infecciones de vías urinarias consiste por un lado en quitar el cuadro infeccioso agudo, y determinar cual es la causa de la infección. Los antibióticos son utilizados para destruir las bacterias que causan la infección y dependerá del tipo de bacteria y la susceptibilidad de la misma a los diferentes antibióticos. Los tratamientos pueden durar hasta por 7 días o más. La duración del tratamiento depende de algunos factores tales como, la severidad de la infección, si se indicó desde el comienzo el antibiótico adecuado, si la bacteria es resistente a los antibióticos.

Entre 20 y 30% de las pacientes tienen infecciones recurrentes, las cuales en el 90% de los casos son reinfecciones, es decir son nuevas infecciones en un corto periodo de tiempo ocasionadas por las mismas especies de bacterias, lo cual obliga a determinar alteraciones anatómicas o funcionales para poder erradicarlas. Las causas de infecciones recurrentes pueden implicar un mal vaciamiento por parte de la vejiga, por lo que es necesario determinar la causa del mismo, las cuales incluyen al cistocele y la estenosis de uretra. La estenosis de uretra es un padecimiento frecuente en el cual la uretra al ser de un calibre menor al normal impide el adecuado vaciamiento por parte de la vejiga, permitiendo un foco constante de infecciones. Este padecimiento debe descartarse y se detecta mediante exploración uroginecológica y calibración uretral, es decir determinar el diámetro de la misma.

En pacientes postmenopáusicas además del tratamiento es importante la prevención de las infecciones, lo cual se logra mediante la utilización de antibióticos en forma continua y suplementos que ayuden a prevenirlas. La administración de estrógenos por vía vaginal es útil en la prevención.

La prevención también debe incluir beber abundantes líquidos, orinar con frecuencia, consumo de arándanos, vitamina C y lactobacilos.

La presencia de dolor agudo en la región lumbar, náuseas, vómito y fiebre indican la presencia de una pielonefritis aguda, la cual puede estar acompañada o no de molestias para orinar. La pielonefritis aguda requiere de tratamiento con antibióticos y en ocasiones puede requerir de hospitalización cuando no hay respuesta al tratamiento.

Las infecciones de vías urinarias son frecuentes en el embarazo. Las pacientes pueden cursar con presencia de bacterias en orina sin que estas provoquen una infección (bacteriuria asintomática), sin embargo entre el 20 y 40% de las pacientes con bacteriuria asintomática presentan pielonefritis aguda en el embarazo. La bacteriuria asintomática debe ser tratada medicamente con antibióticos cuya duración puede durar alrededor de 3 días y se deben realizar cultivos siempre al término de cada tratamiento.